Hay ciertas palabras que están en boca de todos y que nadie puede definir. Eso pasa, por ejemplo, con el término «nouvelle». ¿Novela corta, cuento largo? ¿Nada de eso?

No es el mayor misterio de la vida. Pero esa ausencia de certeza nos permite reflexionar acerca de cómo lidiamos con el lenguaje y, por ende, con el mundo que nos rodea.

A veces pasa, también, que ciertos hechos felices o desgraciados nos dejan sin palabras. No es el caso de William Kotzwinkle, a quien el fatal nacimiento de su primogénito lo impulsó a escribir un relato que nos llega con el título de El nadador en el mar secreto.

Focalizada en la experiencia de John Laski, la narración nos invita a entrever los periplos de un matrimonio que lucha por traer una nueva vida al mundo. Él ve el sufrimiento físico de Diana, su esposa, y por momentos se cuestiona «el propósito de una raza que busca perpetuarse a sí misma a través de la agonía».

Yo solo quería estar con vos, Diana, los dos viviendo tranquilos y solos, y aquí estamos, con tu vida en juego.

El relato de Kotzwinkle es también una historia sobre el cuerpo, el dolor, la perdida y la aceptación. Su narración, ágil; pero no por eso carente de momentos reflexivos en los que uno se interna la forma de percibir de Laski.

Es una historia desoladora, pero su brevedad ayuda a atemperar la angustia que nos produce su lectura.

William Kotzwinkle, El nadador en el mar secreto. China Editora, 2019, 88 páginas. Traducción: Caterina Gostiza. Diseño: Leandro Escobar. Precio: $350.-