Es cierto. No se puede escapar. Uno pasa de un libro a otro y las obsesiones son las mismas. Volvemos entonces al tema de la traducción.

No hay manera de escapar de Boris Vian y OuLiPo es una novelita policial cuya historia sea quizás menos entretenida que la del texto

Boris Vian muere incesantemente en 1959. En 1996 Ursula Vian Kübler, su viuda, se da a la tarea de conseguir quien editara la obra completa de Boris. Logra que una editorial francesa publique entre 1999 y 2003 quince volúmenes con las obras de Vian. Queda, sin embargo, un manuscrito titulado Roman Série noire escrito entre 1950 y 1951 que se mantiene inédito. En 2016, Nicole Bertolt, gestora de la obra de Vian, vuelve sobre esos papeles y decide retomar el proyecto. La propuesta llega al colectivo OuLiPo, quien completa la novela.

En el manuscrito se encontraba la sinópsis de la novela y sus primeros cuatro capítulos. Terminada, cuenta con dieciséis capítulos, doce de ellos escritos por el OuLiPo. A nosotros nos llega traducida por Eduardo Berti, quien también es miembro del colectivo y, a la vez, uno de los escritores que se dieron a la tarea de completarla.

Un tipo joven se pone a indagar cuando advierte que, una después de otra, todas las chicas que amó caen en manos de un asesino. Llega siempre tarde, pero termina por descubrir que el autor de los crímenes es ... [de "La sinópsis de Boris Vian"].

La novela está plagada de juegos. Destaco uno: las supuestas notas del traductor. Vian solía fingir ser el traductor de Vernon Sullivan, un seudónimo con el que firmó cuatro novelas. Esta novela recrea ese juego entre el cuerpo del texto y sus aclaraciones en los pies.

En general, debo decir que la traducción no despertó mi interés. Es probable que la novela tampoco. Pero... siempre hay algo. Alguna nota al pie que no traía la leyenda "[N. del T.]", por ejemplo. ¿A quién se la debía atribuir? ¿A Berti traductor o al texto? Esas cosas me desorientan y me ponen alerta. Y me hacen intentar consultar el original (sí, he dicho más de una vez que no conozco otros idiomas, pero soy susceptible a las formas y puedo consultar diccionarios).

Les comparto algunas de mis inquietudes. En el siguiente ejemplo me enfrenté a esta duda: ¿falta una 'n' o cambió la 'a' por una 'e'? ¿Por qué lo de la 'n'? Porque el protagonista habla sobre Ellen Brewster.

Elle se mordió el labio inferior. Tenía ese tic cuando estaba emocionada. (27)

En el original el misterio se resuelve:

Elle mordait sa lèvre inférieure, elle avait toujours eu ce tic lorsqu’elle était émue.

Pero resulta que, entonces, lo que me molesta es que no se haya respetado la puntuación (la de la oración y la del párrafo) ni la repetición del pronombre. No sé si en francés es imprescindible la presencia del pronombre al lado del verbo flexionado. En castellano no. En todo caso, ¿por qué aparece en el primer caso y no en el segundo? Criterios, claro.

Otro ejemplo:

El hombre se acercó. Tuve un mal presentimiento. Pero no era más un cartero o parecía serlo. (52)

Aquí la pregunta que se me presentó fue si se trataba de un error en la traducción o en el original. En castellano se lee que el hombre ya no era cartero, ¿sería mejor decir "no era más que un cartero", "no era sino un cartero"? El original dice:

Ce n’était pourtant qu’un postier ou ça y ressemblait.

Destaco ahí el pronombre relativo que me falta en la traducción. No. No sé francés, pero vamos, si es casi la misma forma.

Ya que estoy con el original a la vista, noto que la traducción descarta este chiste:

N.d.T. : en anglais, to take French leave signifie « filer à l’anglaise ».

Y lo dejo aquí.

La novela es entretenida y un tanto predecible. Los primeros cuatro capítulos son los que más disfruté. Siento que en ellos había una mayor frescura, pero también puede ser que el saber que esos eran los capítulos de Vian me hayan predispuesto a estar comparando todo el tiempo la escritura del resto de los capítulos.

Me gustó el arte de tapa. Tanto el de la edición argentina como el de la edición francesa (cuya imagen se reproduce al interior de la edición de Caja Negra).

Si alguna tarde tienen un ratito libre, quizás pueden acudir a este libro.

Boris Vian y OuLiPo: No hay manera de escapar. Caja Negra, 2020. 144 páginas, 20 x 14 cm. Traducción: Eduardo Berti. Diseño de tapa: Consuelo Parga. Maquetación: Tomás Fedel. Precio: 2000.