No hace falta saber dibujar para notar que Thomas Ott hace algo distinto. Quizás porque soy un inculto, sus dibujos me recuerdan los de Pedro Mancini. Comparten no sólo el parecido estético —pienso, de todas formas, que las técnicas que usan son distintas— sino también cierta atmósfera.

Lo que hace Ott, me enteré hoy, se llama esgrafiado. Es una técnica que requiere de un material especial: la cartulina enyesada. Se trata, como su nombre lo indica, de una cartulina que funciona como soporte de una película de yeso negro. El artista, con un elemento cortopunzante, hiere el yeso, hace desaparecer la oscuridad y ve aparecer el trazo de sus dibujos.


Para complicarse un poco más el trabajo, Thomas Ott trabaja con la narración gráfica pura (o casi). En general nulos, pocos son los elementos textuales que acompañan a sus historietas. La imagen parece ser su lenguaje natural. El suyo y el de sus personajes mudos.

Me remitiré a hablar solo sobre Cinema Panopticum, porque es el libro que me llevó a conocerlo. Se trata de una historia que contiene otras y cuyos personajes están presentados desde el principio. 


La historia macro nos presenta a una niña que, con cinco monedas, se adentra en una feria de atracciones y se topa con ese escaso dinero que no puede acceder a ningún entretenimiento. Salvo, claro, el Cinema Panopticum: una pequeña carpa que, en su interior, contiene cinco fichines (o algo similar). Estos, a cambio de una moneda, presentan historias en las que se mezclan la fantasía, la ciencia ficción y el terror.


Las historias de Cinema Panopticum generan más incomodidad que miedo. Los dibujos van creando una atmósfera de angustia y derrotismo que se explica sin la necesidad de palabras y eso es todo un logro. El libro es breve, pero sin duda invita a la relectura. Y, hacia el final, el lector se descubre atrapado.

Tengo que agradecer a María Belén Michelángelo por recomendarme esta historieta y por darme una excusa para volver a leer historietas durante este fin de semana.

También a Araí Celeste, gracias a quien pude leer y descubrir a Jacky Fleming y a Dagsson.

Thomas Ott, Cinema Panopticum. Loco Rabia, 2016, 108 páginas. Precio: $350.-