Tiempo atrás alguien me dijo que los mejores cuentistas previamente habían sido poetas. Luego comenzó a enumerar: Darío, Lugones, Borges, quizás algún nombre más. No recuerdo las circunstancias ni el emisor, pero sí la idea. Ahora, que la considero útil, me la apropio.

La lista de "noes" había sido tan larga que más bien Iris preguntó qué era lo que sí podía hacer, lo que le hizo ganar una bofetada efectivísima en la mejilla izquierda. Al parecer en la ciudad tampoco se podían hacer chistes.

El sábado estuve en la presentación de "La imposibilidad" de María Belén Michelángelo. Hasta entonces, para mí, Belén era meramente una poeta. Sacando sus reseñas y breves ensayos, sólo conocía sus poemas. Nada sabía de su monólogo ni de sus cuentos. Desde el sábado soy fanático de ellos.

Ella me dijo que mejor me tiran al mar, pero me parece un egoísmo que alguien se ande bañando y aparezcan mis cenizas flotando porque, ah no... El inodoro está bien.

Quienes hayan estado en Espacio Asterisco habrán comprobado que Belén es una gran narradora. También, y más aún, es una excelente escritora. Hay en sus relatos un manejo impecable de las voces. Personajes y narradores, todos te invitan a ser partícipe de sus mundos reconocibles, siniestros y no exentos de humor.

La primera vez que ví una tenía cinco y me asusté, porque se rompía justo en el medio. Cuando la rompí, me asusté pero mamá me dijo que no pasa nada, que justo en el medio se abría para ver una sorpresa. Entonces, la abrí bien y ahí estaba otra mamushka, más chiquita pero igual a la anterior.

En una época en la que abunda la literatura del yo, en la que asistimos al fracaso de la invención, ella le da lugar a la ficción y expone desde ahí conflictos tan reales como sinceros.

Seguiré atento a lo que escriba Belén y a lo que publique El Rucu Editor, por lo pronto queda a mano un libro de Luján Oliva que, quizás, me ocupe en alguna de mis próximas lecturas.