La historia es conocida: Teseo entra al laberinto y mata a Asterión. La hermana del muerto, Ariadna, le había entregado al asesino ateniense un puñal y un hilo. Sin uno no habría matado al solitario; sin el otro, huido de la escena del crimen. 

Teseo recompensaría a la enamorada cómplice, Ariadna, dejándola en una isla. Tiempo después se casaría con la hermanita de la abandonada, Fedra.

El mundo es otro laberinto y Carballeda lo sabe. En su libro cuenta historias de la ciencia: descubrimientos, tergiversaciones, fracasos y olvidos. Cada una de esas historias está ligada a otras por ciertos ejes temáticos: la II Guerra Mundial, la disputa espacial, la celebridad mediática, la agricultura, entre otros.

Pero el arroz anunciado como el alimento que iba a terminar con la ceguera infantil en Asia tuvo un problema más, un problema que nadie supo anticipar: su color. [...] Lo que los científicos no vieron es que, al parecer, el tradicional color blanco del arroz tiene implicancias culturales muy importantes.

Hay varias cosas que me resultan interesante del Breve atlas: el relato es quizás lo más destacable, luego el enfoque humano y cultural de la ciencia (el capítulo "Naranja neandertal" es el más claro ejemplo de esto) y, por su puesto, el énfasis en la relación entre la política y la ciencia.

En marzo, con la epidemia ya declarada —murieron en Buenos Aires cinco mil personas ese mes, cuando el promedio mensual era de setecientos— el presidente, Domingo Faustino Sarmiento tomó una decisión absolutamente heroica: se fue.

En cuanto objeto, el libro cuenta con un muy logrado diseño de tapas, índice y presentación de capítulos. A su vez, las notas al pie dan cuenta de cierto grado de apertura en la producción de los capítulos. Algunos de los textos fueron discutidos en el sitio de El Gato y La Caja. De esas intervenciones y disputas quedan registros explícitos en dichas anotaciones.

En Breve atlas es una obra que considero necesaria, aunque en ocasiones le reproche el tono entre-nos, cómplice, con el que fue editado. Esperemos que la recompensa no sea el abandono y que en un futuro veamos una segunda parte.